El origen de Axli
Cuando todo lo que eras... encontró forma
No fue una idea.
No fue una moda.
Fue un momento de miedo.
De esos que no gritan, pero no te dejan dormir.
Después de años de intentarlo, de confiar, de perder...
después de haber dado todo por trabajos, por sociedades, por sueños que no cuajaron,
me di cuenta de algo:
ya no quería depender de nadie más.
Quería construir algo mío.
Algo pequeño, pero real.
Algo que pudiera crecer desde la ternura y no desde la prisa.
Tenía 50 años.
Una edad en la que muchos piensan que ya no hay oportunidad.
Pero para mí, era una última puerta.
Y no podía dejarla cerrada.
No sabía aún qué crear.
Solo sabía que quería hacerlo con el corazón .
Quería algo suave. Cercano. Que acompañara. Que haría sonreír sin decir una palabra.
Y así nació Axli .
Un ser pequeño. Con ojos que no juzgan. Con branquias en forma de flor.
Hecho con calma… y con alma.
Cuando lo sostuve por primera vez, no sentí que había creado un producto.
Sentí que me estaba mirando.
Como si me dijera: "Estoy aquí. Y no estás solo".
Ese día supe que Clitzon no sería una tienda más.
Sería un espacio donde cada emoción pudiera tener forma.
Donde las historias no se vendieron… sino se compartieron.
Hoy Clitzon es eso.
Un refugio. Una chispa. Una marca con alma.
Y Axli es su corazón.
Gracias por estar aquí.
Si estás leyendo esto… tal vez no sea casualidad.
Tal vez Axli también te estaba buscando a ti.